Un día cualquiera, una música cualquiera

Fossie sabe que soy amante de la música. Quizás de muchos estilos de música. Con los años voy aparcando su escucha a mi pesar, ya que tengo que atender lo propio de mi edad. Sin embargo, algo que me encanta es escuchar, aunque sea mientras camino, una estrofa de alguna canción.

En donde vivo hay bastantes músicos callejeros que, temprano por la mañana ya están dando lo mejor de si mismos. Especialmente me gusta la música que toca un joven violinista. Toca principalmente música clásica conocida, como Vivaldi en esta época del año. Ultimamente me sorprende con la música que me recuerda esa gran escena de Al Pacino en "Esencia de mujer". Ese tango especial me hace sonreir, me alegra el día tan temprano y me anima a seguir adelante.



Luego doblo la esquina y me encuentro con un hombre ya mayor aunque con espíritu joven que, con su guitarra eléctrica de viejo rockero, toca clásicos de Jimmy Hendrix y otros del rock n' roll. Incluso alguna vez me ha sorprendido escuchar las notas de "Bridge over troubled water" de Simon y Garfunkel. Esta me trae recuerdos de mi niñez. Era una canción que ponía mi padre a menudo cuando con nuestro viejo coche ibamos a pasar la mañana al monte para que corretearamos por allí.



Y es que, con las cosas más pequeñas se puede ser feliz, por un momento o por siempre. Me hacen sentir bien.