Un abuelo y su nieto emprendieron un viaje y se hicieron acompañar por un jumento que les hiciera más liviano el recorrido. El niño iba sobre el burro y el abuelo caminaba al lado del animal.
Cuando pasaron por un pueblo, los lugareños empezaron a exclamar:
- ¡Qué vergüenza! ¡Lo que hay que ver! El pobre anciano debe ir a pie, mientras el niño lo hace sobre el burro. ¡Es inadmisible!
Ante tales comentarios decidieron que el abuelo fuera sobre el burro y el niño a pie.
Pasaron por otro pueblo y los habitantes del mismo, al verlos pasar, dijeron:
- ¡Qué falta de caridad! ¡Es inexcusable! El hombre cómodamente viajando sobre el burro y el niñito va a pie.
El abuelo y el niño optaron por subirse al burro y al pasar por una aldea, los aldeanos empezaron a increparles:
- ¡Sois unas malas personas! ¡Qué crueldad! ¡Pobre burro! ¡Los dos subidos sobre él! ¡Mereceríais que os diéramos una paliza!
Entonces el abuelo y el nieto decidieron caminar junto al animal, sin montarlo. A pasar por otro pueblo, la gente se burló de ellos:
- ¡Qué par de tontos! ¡Vaya bobos! ¡Tienen un burro y van a pie! Son estúpidos donde los haya.
Mientras los tres seguían impasibles su camino, el anciano le dijo al muchacho:
- Querido nieto, ¡ojalá las personas fueran tan fieles y bondadosas como ese animal que nos acompaña! Pero saca de esto una lección para tu vida: siempre habrá gente desaprensiva que nos criticará.
(Ramiro A. Calle. El gato astuto y otros cuentos para el espíritu. Ed. Oberon Puck)
Cuando pasaron por un pueblo, los lugareños empezaron a exclamar:
- ¡Qué vergüenza! ¡Lo que hay que ver! El pobre anciano debe ir a pie, mientras el niño lo hace sobre el burro. ¡Es inadmisible!
Ante tales comentarios decidieron que el abuelo fuera sobre el burro y el niño a pie.
Pasaron por otro pueblo y los habitantes del mismo, al verlos pasar, dijeron:
- ¡Qué falta de caridad! ¡Es inexcusable! El hombre cómodamente viajando sobre el burro y el niñito va a pie.
El abuelo y el niño optaron por subirse al burro y al pasar por una aldea, los aldeanos empezaron a increparles:
- ¡Sois unas malas personas! ¡Qué crueldad! ¡Pobre burro! ¡Los dos subidos sobre él! ¡Mereceríais que os diéramos una paliza!
Entonces el abuelo y el nieto decidieron caminar junto al animal, sin montarlo. A pasar por otro pueblo, la gente se burló de ellos:
- ¡Qué par de tontos! ¡Vaya bobos! ¡Tienen un burro y van a pie! Son estúpidos donde los haya.
Mientras los tres seguían impasibles su camino, el anciano le dijo al muchacho:
- Querido nieto, ¡ojalá las personas fueran tan fieles y bondadosas como ese animal que nos acompaña! Pero saca de esto una lección para tu vida: siempre habrá gente desaprensiva que nos criticará.
(Ramiro A. Calle. El gato astuto y otros cuentos para el espíritu. Ed. Oberon Puck)
Y, efectivamente, el abuelo tiene razón. Es algo que aprendí hace no mucho en mi vida. Hagamos lo que hagamos con nuestra vida siempre habrá un alma detrás que nos criticará, porque nunca llueve a gusto de todos y.... bueno se podría aplicar varios refranes más aquí. En definitiva, haz lo que consideres con tu vida. Vívela y que no la vivan por tí. Sé fuerte en tus convicciones y si tropiezas, vuelve a levantarte y seguir adelante. Solo así serás feliz.