
Atrás quedarán en este lugar los movimientos al aire a modo de firma con nuestra mano para pedir la cuenta al camarero en la distancia o llamarlo si pasa por nuestro lado o que tengamos que mover el cuello de un lado a otro a ver si lo vemos pasar para pedirle, a lo Charles Dickens, "un poco más de sopa".
El sistema se compone además, de un reloj a lo coche fantástico que lleva el camarero y que recoge el número de mesa llamante así como el evento recibido, que en este caso se compone de pedir la cuenta o de llamarle mísmamente.
Parece que está siendo un éxito porque se está implantando en un buen número de restaurantes (y creciendo), la mayoría eso sí, de la capital española.
Cabe decir, que lo usamos para pedir la cuenta y, en 30 segundos, la camarera procedió a entregarnos la cuenta con una sonrisa.