Hoy nos encontramos ante un hito. Os pongo en situación. El escenario es un centro comercial donde venden tecnología haciéndonos ver que no somos tontos por comprar allí. Hasta este momento deberíamos tener claro el lugar pero prefiero no hacer publicidad. Cuando este comercio llegó a España la política de cambios / devoluciones era diferente al que hay en la actualidad. Antes no había ninguna pega en comprar y devolver "n" veces lo que se necesitara. Claro, debido al cachondeo las cosas cambiaron y se empezó a recoger los aparatos en cuestión y a pasarlos por el servicio técnico. Fui testigo de un caso en el que un amigo llevó un pendrive o memoria USB al poco tiempo de comprarlo y lo dejó allí, para, tras un largo mes, decirle que no tenía solución... No tengo muy claro qué es lo que miraron.
En fin, nos despistamos respecto al título del post. La cuestión es que recientemente hemos adquirido en casa un intercomunicador de esos que se usan para vigilar a los bebés y el producto no ha sido todo lo bueno que quisieramos. Este aparato dispone de unas lucecitas tipo led de color azul como podéis ver en la imagen. Se supone que se usan para ver el nivel de ruido que hay en la habitación donde está el emisor. El problema es que este aparato está todo el rato emitiendo y los led se disparan de tal manera que podríamos pensar que en la habitación del bebé están haciendo una macrofiesta.
Dicho esto, teníamos argumentos para poder devolver el aparato pero me encontraba en una duda. Para empezar, de la fecha de compra había pasado más de 25 días y en teoría sólo se puede protestar en los primeros 7. Mi temor venía por yo haber trabajo en épocas navideñas en un centro comercial típico americano distribuidor de juguetes en mis años mozos que tenía parecidas cláusulas a la hora de devolver un producto por lo que me temí lo peor. Empujado por mi pareja me llevé el trasto a ver qué me decían. El primer hito lo conseguimos cuando nos lo cambiaron tras haber pasado, insisto más de 25 días de la fecha de compra, por otro nuevo sin tener que pasar por su famoso servicio técnico. Así que, contento, llegué a casa y al segundo día ya vimos que funcionaba igual que el otro. Es decir, es una castaña a pesar de ser de una marca de renombre.
Así que, mi pareja, ha decidido esta mañana volver para quejarse. Yo me tapo los ojos, suspiro y digo, bueeeeno, a ver lo que pasa. Para mi sorpresa, no sólo nos lo han dejado devolver, sino que nos han dado una tarjeta regalo con el importe del aparato (hombre, si nos hubieran devuelto la pasta en efectivo habría sido demasiado).
La verdad es que, de todo lo que se vende hoy en día, estamos bastante indefensos a la hora de comprar. ¿Por qué? Pues porque todo cuesta muy caro como para invertir un dinero en algo que luego ves que no funciona como tu esperabas. Es curioso lo que nosotros esperamos en el trato de un producto adquirido. En otros años, realmente no te podía sorprender mucho. Hoy en día muchas cosas adquiridas pueden tener efectos colaterales respecto a lo que esperamos de él. Tras revisarlo un poco podemos ver que los materiales son más bien débiles, sobre todo en aquello que recibirá más uso y que a veces es de un plástico más bien malo que termina partiéndose... Bueno, supongo que habréis tenido alguna situación similar.
Así que, ya sabéis, si a vosotros no os hacen caso a la hora de devolver algo, probad con vuestra pareja que seguro le hacen más caso que a nosotros!! :)